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"Todo está en tu cabeza" - lenguaje y estigma - Parte 2

Actualizado: 7 oct 2020

El otro día leía por algún lado que en tiempos convulsos, como el que estamos atravesando, cuando las aguas están más agitadas, es cuando los pescadores saben que es más fácil que pique algo. Por eso, actualmente las redes están abarrotadas de speakers, sanadores y gurús que nos dictan el camino y nos ofrecen una transformación y reinvención de nuestro "self" para salir reforzados de estos tiempos de crisis. En muchos casos estos "traedores de felicidad" ofrecen soluciones para todo tipo de situaciones. Desde temas de adicciones, ansiedad o depresión, hasta temas de resiliencia, imagen personal o rutina en tele-trabajo.


Su infinita sabiduría abarrota los posts, y su destreza en el uso de palabras bonitas llenas de técnicas de marketing, inflan la lista de followers, que en muchas casos, son personas con problemas de salud mental que actualmente están sufriendo a nivel psicológico los estragos de la pandemia y todo lo que ha traído consigo. A veces es difícil no pensar que, en muchas ocasiones, esos pescadores sin conocimiento ni experiencia especializada para ayudar a personas con problemas de salud mental, buscan llenar sus barcas a costa del sufrimiento humano .


Espero no ser malinterpretado. Hay speakers y coaches de vida que logran conectar muy bien con su audiencia y clientes, logrando ser de utilidad dentro del proceso de cambio que buscan las personas. Pero mi experiencia en estos meses de webinars - no ha sido difícil encontrarlos de todas las formas y colores - es que en muchos casos el lenguaje que se utiliza genera el efecto contrario y termina incrementando el estigma y desconocimiento de las enfermedades mentales.


Existen muchas frases que solemos escuchar en nuestro entorno de trabajo, en muchos casos provenientes de nuestras jefaturas directas, y en algunos casos estas "sugerencias" provienen de talleres, webinars y cursos sin ningún respaldo, que rozan el intrusismo laboral, y que terminan llenando de ideas totalmente erróneas de lo que es la salud mental y su abordaje.


A continuación voy a compartir 3 frases/sugerencias que se suelen escuchar decir en entornos laborales a personas que experimentan dificultades con su salud mental:


  • "Es una cuestión de actitud, todo está en tu cabeza": frase que lleva el título de esta entrada. Esta es una de las frases más extendidas y la solemos escuchar o leer en muchas charlas y artículos. Es por esto que es común escuchar a un jefe o compañero dar recomendaciones del estilo de esta frase como; "animáte, hay que sonreírle a la vida" o "todo está en tus pensamientos, hay que pensar en positivo y ser feliz". Si bien en muchos casos existe una intención genuina de ayudar a la otra persona, lo que termina ocasionando es frustración ya que la realidad es que en muchos casos no es una cuestión de actitud, y no todo está en la cabeza. Este tipo de frase lo único que genera es estigma y desconocimiento.

  • "Controlá tus emociones y hacé respiraciones": otro de los imperativos que está de moda. Si tenés la capacidad de controlar tus emociones y mejorar tu bienestar mental haciendo respiraciones, !genial! Pero ten en cuenta que no es la realidad de muchas personas que se sienten frustradas al seguir una rutina de respiraciones diarias y ver cómo su ansiedad no hace más que crecer. Si todo fuera un asunto de respiraciones, los problemas de salud mental no serían una de las causas principales de absentismo laboral en el mundo**. Así mismo, el enunciado:"controlá tus emociones", lo único que hace es añadir leña al fuego. ¿Y qué significa realmente "controlar" tus emociones? El otro día leía por ahí que las emociones no se controlan ni se gestionan, se experimentan, se viven. Las respiraciones y ejercicios de control emocional son parte del repertorio de técnicas de intervención que podemos encontrar en una sesión con una psicóloga o terapeuta, pero no son la pomada canaria.

  • "Hay que dejar los problemas en la casa y separar la vida personal y profesional": Esta es de las frases que más suelo escuchar y que se sigue defendiendo en muchos círculos laborales. Este pensamiento, que a momentos considero ingenuo, termina siendo contraproducente. Muchos trabajadores terminan sufriendo en silencio en el trabajo y se da lo que se conoce como "Presentismo Laboral". Considero que el Covid viene también a cuestionar la existencia de dicha separación , y es por esto que, por suerte, las empresas empiezan a preocuparse un poco más por la salud mental de sus trabajadores.


"animáte, hay que sonreírle a la vida" o "todo está en tus pensamientos, hay que pensar en positivo y ser feliz"

Tal como mencioné, en muchos casos estas sugerencias tienen de base un interés genuino en que la persona esté mejor. Sin embargo, de forma frecuente, caemos en una condición que llamo "síndrome del consejero compulsivo", donde terminamos ocasionando lo contrario a través de nuestros consejos. Frases como las anteriores promueven estigma en el entorno laboral, ya que partiendo de la lógica de las mismas, las personas que experimentan problemas en su salud mental es porque no se esfuerzan lo suficiente, no se saben controlar, quieren llamar la atención o buscan una ganancia secundaria. Nada mas alejado de la realidad.


Esta entrada es la 2da parte de una serie de artículos que buscan contrarrestar el estigma de la salud mental en nuestros entornos laborales a través del lenguaje (en este link encontrarás la 1era parte). Es por esto que a continuación voy a compartir una serie de ideas que pueden ser de utilidad a la hora de querer ayudar a una persona con dificultades en su salud mental.

  • Lo primero a tener en cuenta es: No te apresurés a dar sugerencias y/u opiniones. Si la persona te está contando algo, dejala hablar y expresarse. La escucha activa y respetuosa es parte del lenguaje, de la comunicación, y muchas veces es lo que más nos cuesta.

  • Si querés sugerir algo, hablale desde tu experiencia y desde la humildad de reconocer que cada persona es un mundo: "A mí me ha funcionado hacer algunas respiraciones en la mañana y hacer ejercicio unas 2 o 3 veces a la semana, ¿lo has intentado?".

  • Evitá frases como, "sé exactamente lo que decís y cómo te sentís" o "bueno... podrías estar peor". Si no sabés qué decir, no pasa nada, está bien. Quizás y podás hacer preguntas que ayuden a movilizar a la persona como: ¿y has intentado cambiar eso? ¿has buscado alguna ayuda?

  • Si estás en una posición de liderazgo, tenés que estar preparado para que la persona te comparta asuntos personales que estén afectando su bienestar psicológico o físico, y que incluso no tenga ninguna relación con el trabajo. Cerrarle el espacio, o incluso criticar esto, puede tener un impacto negativo en la persona y su salud, y como tal, claramente, en la misma organización. Es por esto que, si no sabés cómo reaccionar ni qué hacer, conversá con tu departamento de RRHH para que te apoyen a manejar estas situaciones.

Nuestro lenguaje es clave a la hora de hablar de salud mental. En mi opinión personal, nada hacemos con participar en decenas de cursos y webinars si no cambiamos nuestro lenguaje y la forma de entender y expresarnos sobre la salud mental. Cuidar la salud mental de los trabajadores en una organización no se queda en técnicas de respiración y preguntar cómo está la persona. Reducción del estigma, cambio de cultura y comportamientos en la organización, revisión y modificación de las políticas internas, capacitación y acompañamiento a personas en puestos de liderazgo, entre muchos otros aspectos, son esenciales para promover y cuidar la salud mental de las personas en el ámbito laboral.


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