A veces olvidamos que la mayor parte del tiempo en nuestra vida productiva, las personas lo invertimos trabajando. Es lógico pensar que si nuestra vida laboral es satisfactoria y nos provee espacios de bienestar constantemente, tendemos a experimentar sensaciones positivas la mayor parte del tiempo. Por el contrario, si nos desenvolvemos en ambientes en donde nuestra salud mental y emocional “se ponen a prueba” con frecuencia o se ven de alguna manera comprometidas, las sensaciones que experimentamos con mayor probabilidad sean negativas.
En este punto viene bien recordar lo que las investigaciones entorno al síndrome de “estar quemado” laboralmente, apuntan de manera constante en cuanto a estados emocionales que derivados de nuestra vida laboral, pueden impactar negativamente el resto de áreas en las cuales nos desenvolvemos, como por ejemplo: a nivel emocional experimentar mayores estados de ansiedad con mayor frecuencia, o irritabilidad y/o agresividad; a nivel físico experimentar dificultades del sistema digestivo, sistema nervioso, sistema muscular, entre otros; a nivel cognitivo experimentar dificultades para mantener la concentración en una tarea o para aprender nuevas, así como problemas de memoria o incapacidad para tomar buenas decisiones; a nivel social experimentar problemas para comunicarse asertivamente con los demás o para establecer relaciones interpersonales sanas y constructivas; y a nivel conductual la probabilidad de experimentar conductas de abusos de sustancias, dificultades del sueño, o dificultades en la vida sexual, por ejemplo.
Entonces, la atención que debemos poner a nuestro ambiente laboral y estar conscientes de las variables que no promueven una adecuada salud mental y estados de bienestar en el trabajo, es fundamental y es un
comportamiento que debemos promover en lo colectivo (equipo de trabajo) y en lo individual. Estar conscientes de estas variables nos permiten reconocerlas, hablarlas, sacarlas del “tabú” al que suelen estar vinculadas y por lo tanto, las convierten en oportunidades de mejora que se pueden trabajar y a las que se les puede encontrar solución. Todo ello en conjunto, como equipo y como conocedores de primera mano y mejor que nadie, de qué es lo que más “nos duele” como equipo de trabajo.
Es una pregunta sencilla y puntual, que puede ser un punto de partida para una experiencia reveladora y de un mayor bienestar.
Y vos en tu trabajo, ¿estás bien?
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