top of page

La no tan buena idea de controlar tu mente

Nuestra mente está ocupada todo el tiempo. Solucionando problemas, evaluando, creando categorías, asociando y buscando explicaciones que nos satisfagan. Estas habilidades son vitales y constituyen una herramienta no solamente para planear un viaje, o evitar quemarnos en la cocina, sino también para medir nuestras interacciones y elegir lo que nos parece más apropiado en distintos escenarios sociales.


Hasta aquí todo muy lógico y sencillito. Pero estas habilidades no son las más útiles cuando se trata de explicar nuestro mundo interno, al menos no siempre.


Imagina que estás teniendo uno de esos momentos a solas, a los que a veces llamamos "mirando el horizonte". Estás viendo a la gente a tu alrededor, pero no ves nada porque estás bastante ocupadx en tu cabeza. Básicamente estas dialogando contigo. Lo que comúnmente llamamos: estar pensando. Las frases fluyen: "¡Qué torpe fui en aquella relación!", "¡Qué poco leal a mis principios!", "¡Qué horrible salgo en esa foto!", "¡Qué machista es todo.. y yo aquí quejándome y con todos mis privilegios", etc..


Con este "setting mental" y faltando media hora para tu entrevista laboral te das cuenta de que estar pensando en esto no te está ayudando a concentrarte. Pero no puedes salir de tu cabeza. Te dispones a hacer lo lógico: tranquilizarte, relajarte y debatir con todos los argumentos posibles para decidir si esta idea o recuerdo vale la pena o no es realmente tan acertada.


Pasas otros 5 minutos debatiendo contigo para sentirte mejor, pero no funciona. Sigues pegadx y ahora viene lo peor. Empiezas a notar que tu cuerpo está tenso, tu cara roja ... estás ansiosx y ya ni siquieras estas debatiendo. Conclusión: cancelas tu entrevista porque tuviste una emergencia familiar.


Esta paradoja de intentar controlar tus pensamientos y sentirte más abrumadx es común y es producto de nuestro lenguaje y cerebro. No tiene mucho arreglo si

sigues intentando la misma solución: debatir, evitar, distraerte, etc. Sin embargo, puedes aprender a separarte de tus ideas y pasar de un estado en el que te encuentras fusionado a tus ideas: "soy desleal", a otro estado: "me doy cuenta de que estoy pensando que soy desleal".


Esta sutil diferencia es clave, ya que en un estado donde no diferencias tu mente de ti es muy fácil que termines por evitar situaciones donde crees que esas ideas o sensaciones puedan aparecer. Evitar la entrevista, evitar lugares, evitar personas, evitar abrazar, evitar contactos íntimos, etc.


Y aunque a veces evitar sea de sabias si se convierte en una regla puede privarte de experiencias de crecimiento y satisfacción o de contactar contigx mismo ante el dolor.




0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page