La revolución del autocuidado es innegable y altamente deseable, todxs queremos ser capaces de tener ese momento sólo para nosotrxs. Ya sean 15 minutos de lectura, 1 hora de ejercicio o una maratón de series. Lo cierto es que el autocuidado viene en muchas formas y colores y nos ayuda también a establecer límites necesarios entre los demás y nosotrxs.
Ahora, ¿Qué pasa con esta genial práctica en tiempos de ajustes económicos, recortes, bajadas de salarios, despidos, estrés, incertidumbre, escuelas virtuales, etc..? Nuestros momentos de autocuidado parecen no ser suficientes. Parece que ese ratito que antes te dedicabas y te hacía sentir renovadx ya no basta.
Creo que en estos momentos el autocuidado se vuelve un poco más comunitario, nos abre la puerta a compartir cómo nos sentimos, a buscar apoyo en red y a darnos cuenta qué necesitamos del otro. Que para que el mindfulness cuente para mí a veces es útil compartirlo con otrxs y que lo que le pasa al de al lado me afecta a mí, porque si en mi barrio suben los contagios nos confinan a todxs.
Por eso te invitamos, a que te respetes y valores tu autocuidado pero que recuerdes que juntxs también se puede, que el jardín de tu vecinxs no está sólo para ellxs sino también para tu vista.
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