Cuando empezamos una conversación terapéutica preguntando a nuestrxs clientes: ¿qué desean obtener de esta conversación? es común la respuesta: "quiero ser feliz". Y aunque tu terapeuta mantenga el tipo o haga un torpe intento de parecer neutral la verdad es que, al menos yo, siempre tiemblo un poco.
Tiemblo porque mis ideas personales sobre la felicidad, y la búsqueda constante de ésta, empiezan a flotar. Pero también porque entiendo que la persona que está delante mío, de alguna manera está sufriendo. Y no sólo sufre por sus actuales circunstancias, sufre más por intentar salir de ese estado, por no querer sentir "aquello que está sintiendo", o por no querer pensar lo que está pensando. Y obviamente, habiendo crecido en la época de "tú puedes ser tan feliz como quieras", y estando en mi rol de psicóloga: quiero aliviar, quiero que mis clientxs salgan de ese estado del que quieren salir y vivan una vida "feliz".
Pero la verdad es ...que no puedo y no alivio. Al menos no cuando sigo la narrativa de "adiós o los pensamientos negativos".. o cuando debato media sesión la racionalidad de un pensamiento. Lo cierto es que "la filosofía de la felicidad" nos juega en contra, porque en la vida hay mucho malestar, porque evolutivamente tendemos a tener pensamientos poco útiles, porque algunxs rumiamos mucho y porque nuestras sociedades son todo menos justas.
Entonces ¿qué estoy diciendo?, ¿estamos condenadxs a una vida dolorosa?
Lo que creo es que podemos renunciar a la idea de que para vivir una vida con significado tenemos que sentirnos bien, tenemos que dejar de sentir miedo y tenemos que ser felices.
Pero Nicole, "yo de verdad tengo pánico a vivir…a mi futuro, a conversar contigo, a hacer un plan para mantenerme segura, a subir al bus"... Pues sí, yo no te puedo quitar el miedo. Y la verdad que no quiero. Pero lo que sí quiero es ayudarte a reformular el "no puedo vivir mi vida porque le tengo miedo".
A veces, cuando recordamos (construimos, revisamos...) lo que es importante para nosotrxs, entendemos que podemos vivir nuestra vida aun cuando tenemos mucho miedo. Y hablando de recordar lo que es importante para nosotros, y sin ánimos de volver a la escuela (o quizá con ánimos de volver a la escuela), a veces toca hacerse preguntas.
¿De qué manera quieres impactar y vivir tu vida?, ¿qué es aquello que valoras y que ya no haces?, ¿en qué relación practicas lo que verdaderamente te importa?
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